Colonia Suiza es un poblado situado a 25 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Recibió este nombre debido a que fue el primer asentamiento de inmigrantes suizos en la región del Nahuel Huapi. Situada al pie del Cerro López, la Colonia es rica en celebraciones, rituales y tradiciones heredadas de sus antepasados suizo-franceses.
La Fiesta Municipal del Curanto es uno de los festejos más importantes de esta localidad. Es una fiesta que se realiza año a año en el mes de Febrero, con la participación de los vecinos y de muchos turistas que visitan la ciudad de Bariloche durante este período. El festejo recupera una tradición gastronómica muy arraigada en la cultura suiza; el curanto. Es una modalidad culinaria que consiste en cocinar preparaciones de carnes y verduras en un pozo cavado sobre la tierra y cubierto con piedras calientes, arpillera, un poco de tierra. Esta costumbre se ha popularizado con el paso de los años hasta volverse típica en la región, incluso en muchas ciudades chilenas.
La ceremonia de apertura de la Fiesta Municipal de Curanto comienza al mediodía con la realización del pozo de un metro de ancho y cuya profundidad depende del diámetro de las piedras utilizadas para cubrir el fondo del mismo. Allí se inicia un fuego, sirviéndose de maderas y otros elementos. Al consumirse las maderas el fuego se apaga, pero las piedras conservan la temperatura como para cocinar los alimentos. Estas piedras posteriormente son cubiertas con hojas de maqui humedecidas, sobre las cuáles se disponen las carnes y verduras crudas, previamente condimentadas y especiadas. Nuevamente se vuelve a cubrir todo con hojas, pero de nalca, una planta comestible. Sobre esta nueva capa se coloca una arpillera y ésta última es cubierta con una fina capa de tierra. Ahora sólo resta esperar.
El tiempo de cocción de los alimentos en curanto es bastante largo. Pero la mística de la fiesta no termina allí, sino que se potencia durante la espera de la cocción. Durante este período de espera, los asistentes suelen ser entretenidos por los cocineros con cuentos y anécdotas que los remontan a los comienzos de Colonia Suiza. Actualmente, uno de los realizadores de este evento es nieto de los Goye, primeros pobladores de la Colonia, por lo que posee un interesante historial de cuentos y sucesos familiares para compartir con el público. Además algunos copleros suelen entretener a los asistentes a la fiesta con recitados, coplas y cantos populares. Este intercambio cultural ameniza la espera y al mismo tiempo satisface al público con una experiencia tradicional que no olvidará.
Pasado el tiempo de cocción, llegó el esperado momento de destapar el pozo. Los cocineros quitan minuciosamente cada una de las capas que cubren el gran hoyo. Al descubrir los alimentos invade una gran ansiedad; el exquisito aroma invade el lugar y la perfecta cocción de las preparaciones los hacen irresistibles. De apariencia y sabor similar al que adquieren los asados, los alimentos cocinados en curanto son una verdadera delicia. La tradición de esta Fiesta continúa con la comida popular; largas mesas se disponen próximas al pozo, en donde todos tendrán asiento, una jarra de la mejor cerveza artesanal y un plato de esta exquisita preparación. A comer!
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