En La Usina, podrá deleitarse con los mejores platos de la gastronomía patagónica. Las tradicionales recetas de la argentina adquieren una impronta especial en la cocina de La Usina. Los destacados chefs del restaurante combinan las antiguas técnicas culinarias con los modernos secretos para crear increíbles platos que le harán experimentar un indescriptible placer al degustarlos.
El complejo y restaurante de campo de La Usina cuenta con un gran predio en donde alberga un parque, poblado de árboles y plantas autóctonas, y una huerta en donde se cultivan las hortalizas y vegetales con que se elaboran las deliciosas recetas. Esta huerta orgánica fue creada y es mantenida por el mismo personal del restaurante que se encarga de vigilar día a día los cultivos para garantizarle que la verdura esté en buen estado al momento de consumirla. Tiene la peculiaridad de ser orgánica, en ella no se utilizan ningún tipo de aditivo químico. Cada aporte que se hace a la tierra para fertilizarla proviene de combinaciones de material desechable de origen orgánico (como restos de comida, cáscaras de frutas, verduras, entre otras). El control de las malezas y yuyos que se desarrollan alrededor de las hortalizas, está en manos de los empleados que cuidadosamente apartan todas las plantas para favorecer el crecimiento de las verduras cultivadas. El intenso y dedicado trabajo de cuidado y control de las hortalizas de la huerta garantiza que las verduras que los clientes consuman durante su estadía en La Usina, estén libres de agroquímicos, sean sanas y conserven su auténtico sabor natural y muchas de las vitaminas y minerales que poseen. Luego de ser cosechadas estas hortalizas pasan por un riguroso proceso de selección en donde se desecha aquellas plantas que por alguna razón no se encuentren aptas para ser consumidas.
Dadas las características climatológicas de la zona de Calafate la prosperidad de ciertas hierbas y hortalizas se dificulta. Por lo general en la región predomina el cultivo de hortalizas que se adaptan a las condiciones de humedad y temperatura como el rabanito, la zanahoria, el hinojo, la acelga, el garbanzo, entre otros. Las verduras como la lechuga, el tomate, la papa, el zapallo y la escarola, que se desarrollan durante los períodos de verano, con temperaturas moderadas, pueden prosperar si son cultivados en un invernadero, que las proteja de las heladas y las bajas marcas térmicas. Además de estas hortalizas, en la huerta pueden cultivarse además aromáticas como la manzanilla, el tomillo del campo, guaycurú, romerillo, valeriana, entre otras. Muchas de estas especies son utilizadas para intensificar los aromas de los platos o para elaborar infusiones para la merienda. Además de estas plantas, en la región prosperan algunos frutales como el damasco, el guindo, el cerezo y plantas como el infaltable calafate y el canelo.
Cuidadosamente cultivadas y cuidadas, estas verduras y hortalizas crecen en un entorno natural libre de agroquímicos y sustancias tóxicas. Cada una de estas especies conserva sus propiedades, su aroma y su sabor de manera intacta. La ensaladas, salteados u otras presentaciones en que estas son ofrecidas le garantizan que podrá degustar el auténtico sabor natural de las verduras más sanas.
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